En 1955 el agricultor Juan Sánchez Romera consiguió una cosecha de más de 500 kg de judías por ha en arena. La técnica supuso un hito en el campo de Dalías: se podían utilizar suelos de pésima calidad y agua con elevada salinidad, generando cultivos más precoces.
Un lustro después los técnicos del Instituto Nacional de Colonización escogieron una parcela piloto, marcada con el número 34, para desarrollar nuevas técnicas que aceleraran la producción.
Estaba naciendo el invernadero.
Se dispuso una película de polietileno sobre la arena, que fracasó. Tras varios intentos frustrados, Bernabé Aguilar, uno de los técnicos, se dio cuenta de que habían tenido siempre delante la solución: los parrales. Así, se dispuso la película de polietileno a una estructura sencilla y ligera, tal y como se había usado en las parras de uvas de mesa.
Así comenzaba la construcción de invernaderos tipo parral.
El lector puede ampliar esta información en la página 35 del tomo 5 de la Historia de Almería, firmada por Bienvenido Marzo López.
Construcción de uno de los primeros invernaderos en los años sesenta del siglo pasado.